Caracas. – Venezuela ha escalado posiciones en el mercado mundial del camarón, consolidándose como el décimo exportador a nivel global. Con una producción anual que ronda las 65 mil toneladas, el país ha logrado posicionar su producto estrella en exigentes mercados como los de Países Bajos, España, Francia y Reino Unido, según datos de la Sociedad Venezolana de Acuicultura (SVAcuicultura).
El 60 % de esta producción se destina al mercado internacional, lo que genera divisas clave para la economía nacional y abre oportunidades sostenibles de empleo, especialmente en regiones costeras.
Un motor para el desarrollo local
Aunque la exportación es el destino principal del camarón venezolano, alrededor de 5.000 toneladas son consumidas localmente, reflejando su presencia y valoración en la mesa del venezolano. En ciudades costeras como Tucacas, el camarón se ha convertido en un importante motor económico, con alta demanda turística y local, como lo confirma María Nieto, vendedora de mariscos: “Es lo que más se vende después del pescado”.
Este dinamismo económico se traduce en entre 14.000 y 17.000 empleos directos, de acuerdo con la SVAcuicultura, beneficiando principalmente a comunidades rurales y costeras, donde el acceso a fuentes de ingreso estables puede ser limitado.
De la costa a la alta cocina
El camarón venezolano, gracias a su sabor delicado y textura firme, es un favorito tanto en preparaciones tradicionales como innovadoras. En ceviches, sopas, arroces, pastas o platos fusión como el arroz chino-venezolano, este crustáceo se ha ganado un lugar especial en la gastronomía nacional.
“Es un ingrediente estrella, que combina bien con sabores cítricos y técnicas de cocción variadas”, señala Ángel Morillo, emprendedor que comercializa camarón en los cayos de Tucacas.
Exportaciones con rumbo claro
Además de Europa, el mercado asiático también representa una gran oportunidad. China, el mayor consumidor mundial de camarón, mantiene una alianza estratégica con Venezuela que asegura un flujo comercial constante. Esta relación permite a la industria nacional ampliar horizontes y diversificar sus mercados.
Mientras tanto, mercados como Estados Unidos y Japón muestran preferencias por formatos congelados o de alta calidad, respectivamente, lo que abre posibilidades de adaptación en la oferta nacional.
Nutrición y salud en cada bocado
El camarón no solo brilla por su aporte económico y cultural. Es también una fuente destacada de proteínas de alto valor biológico, vitaminas del complejo B, yodo y selenio, esenciales para la salud metabólica, la función tiroidea y el sistema nervioso. Su bajo contenido en grasas saturadas lo convierte en una opción saludable para cualquier dieta.
Un futuro con sabor a mar
La consolidación de Venezuela como potencia camaronera no solo fortalece la balanza comercial, sino que dinamiza el desarrollo local y promueve la diversificación productiva en un sector no petrolero de creciente relevancia. El camarón venezolano, ya presente en mesas de todo el mundo, sigue abriendo camino como símbolo de calidad, sabor y esfuerzo nacional.